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El ultimo dia

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gridcube's avatar
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Debo, en estas últimas horas de la noche cuando escucho el crepitar del fuego y siento como se acercan a mí, contarles la historia que tanto tiempo calle.

Todo empezó hace casi cuarenta años, por cuarenta años huí de ellos, pero estoy cansado y no huiré mas. La paranoia me ha hecho buscar entender lo que son y como detenerlos, pero no lo he descubierto y me rindo al destino.
Las cámaras del exterior del casa no muestran nada, pero se que saben ocultarse bien. Se que están afuera esperando que me duerma y no los vea llegar. Así que no me apurare en contar la historia.
Aun estaba yo en mis años de juventud, cumpliría los 26 años dos semanas después de lo sucedido, aun era joven y apuesto, no tenia temor a nada, o eso creía y estaba dispuesto a enfrentarme a todo. Viajaba yo por una ruta serpenteante, cruzando una densa selva, mi destino era una ciudad al otro lado, donde concurriría a un congreso de ventas, el vehículo que conducía era de la empresa. El viaje fue tranquilo en su gran parte y algo tedioso, bostezaba y estaba algo cansado de conducir. Tras varias horas de viaje estaba a unos dos tercios de cruzar el denso bosque.
La selva se cerraba ante mis ojos de una forma cada vez mas tupida oscura y mustia. Debían ser las dos de la tarde cuando el cielo empezó a nublarse y al poco tiempo era un techo de plomo cada vez más oscuro, los rayos refulgieron y sin previo aviso empezó a llover de una forma espeluznante. Era como si una pared de agua cayera sobre el auto, difícilmente podía ver por donde iba y de repente veo una forma humana en el camino, gire el volante violentamente tratando de esquivarla pero choque contra algo y el auto derrapo por el costado de la ruta, quise ver que era lo que había chocado pero era imposible notar nada con la lluvia, así que abrí la puerta y baje a ver, sin embargo solo vi un montón de insectos, cucarachas y ciempiés todos amontonados, pensé en ese momento que habría chocado algún tronco podrido, me alegre. Volví al auto y decidí que en estas circunstancias no podía conducir así que me quede sentado esperando que pasara la lluvia.

Me dormí profundamente y cuando desperté ya era de noche, la lluvia había amainado pero los árboles seguían goteando copiosamente. Consulte el reloj y decidí que ya era muy tarde y tenia que llegar para la convención al día siguiente así que baje del auto y prendí la luz de emergencia, una linterna grande y revise si el coche estaba trabado con algo, pues había derrapado en el accidente y no sabia donde había ido a terminar, por suerte no había nada, ni tampoco estaba en ningún charco de barro. Cuando estuve convencido que era seguro salir me levante del suelo y dirigí la luz de emergencia hacia la ruta, aunque era ya de día según mi reloj las nubes eran como un techo y todo tenia un tinte gris muy oscuro. Ilumine hacia donde había chocado en la noche, quería ver con mas claridad con que había chocado en la noche, al hacerlo me lleve uno de los sustos mas grandes de mi vida, pero no el peor que tendría, pues no muy lejos del vehículo habían tres seres, por decirles de alguna forma, que en primera impresión pensé humanos. Sin embargo no lo eran, su piel era mucho mas oscura como llena de escamas arrugas, como la piel de las tortugas o de los lagartos y sus ojos eran amarillos, en sus manos tenían garras y vestían harapos sucios, parecidos a algas mohosas. Cuando supere mi susto note que estaban mucho mas cerca del vehículo aunque no los vi caminar, era como si flotaran hacia mi, latía mi corazón con un terror indecible al verlos mover los brazos hacia mi. Resbale y caí del susto que tenia, la oscuridad no me dejaba ver bien ya que la lámpara había resbalado de mis manos y no los alumbraba, el único sonido que escuchaba era como un crepitar, como pisar muchas hojas secas. Intente pararme pero una mano me detuvo, grite como si me quemara ya que eso me paso, me quemo y me sentí desfallecer.

Cuando finalmente desperté pudieron pasar varios días, yo no lo sabía, sin embargo luego supe fue solo una noche. Mi hombro estaba herido y de el una pequeña cicatriz donde al parecer me habían inyectado algún veneno. Mire en derredor y lo que vi me desconcertó. Me encontraba contra un tronco podrido en el medio de un barral enorme, una especie de pantano. No estaba atado pero el veneno aun adormecía mi cuerpo y no podía moverme con libertad. Me preguntaba que habría pasado con esos seres que por la noche me aterraron y no tuve que esperar para saberlo. Entre los árboles alrededor del "Pantano" vi chozas de barro y hojas muertas, como un nido enorme de un ave descuidada, estas chozas tenían una forma irregular pero asemejaban burbujas en el barro, de una de ellas por una abertura ancha y baja salio de repente uno de los seres, aun me parecían humanos pero sus escamas y sus garras los asemejaban a los lagartos. Sus ojos amarillos con pupilas verticales como los gatos, me miraron. Vi como se acercaba a mi sin mover sus piernas, nuevamente aterrado observe sus pies, allí vi cientos de insectos, cucarachas y ciempiés, estos se movían como un todo sosteniendo al ser. No se si fue el veneno o mi propia reacción pero empecé a temblar descontroladamente, intentando protegerme contra el árbol. Escuche el mismo sonido de crepitar o de hojas partidas y entendí que era el andar de los insectos. Al apretujarme contra el tronco me sentí levemente reconfortado, sin embargo algo cayo en mis hombros, gire a ver que era y note varios bichos, mire hacia arriba, y vi a uno de ellos observándome hacia abajo, su rostro se cortaba sobre las pesadas nubes que aun cubrían el ancho cielo. Me quede como roca, esta ves, sin moverme un centímetro con mis ojos fijos en los suyos, que eran fríos y vacíos sin expresión, lo mismo podría verle los ojos a un muerto, su rostro no se movía y no parecía respirar, su cuerpo estaba cubierto por algas podridas que formaban una especie de toga harapienta.
Abrió la boca, una línea entre las arrugas y escamas y dijo algo incomprensible, con muchos silbidos y chasquidos de lengua. No sabia que hacer, parecía querer decirme algo pero no le comprendía. De repente levanto la vista al centro del pantano, su acción fue tan rápida que me asusto y ver en sus ojos el primer signo de emoción que mostraba y que este signo sea miedo no me hizo sentir mejor, baje la vista a donde el ser había mirado, una enorme choza de barro y ramas se escondía en los limites justo al frente mío, no entendí como pude pasarlo por alto antes.
Un crepitar como ningún otro antes empezó entonces y sentí como miles de insectos pasaban sobre mi cuerpo, ya que estaban abandonando al ser que estaba parado cerca mío y se dirigían a esa choza, todo el suelo se convirtió en un mar de insectos insinuantes y movedizos era como si todos las alimañas del bosque quisieran entrar en la semiesfera. Momentos después salieron todos juntos llevando en alzas a un ser enorme diez veces mas grande que cualquier otro de los que había visto hasta ahora. Y de entre los árboles vi acercarse decenas de los pequeños que miraban con temor a lo que parecía una enorme reina en un trono.
No salía yo de mi asombro cuando el ser enorme me hablo. Sus palabras me eran desconocidas. Sin embargo me eran familiares de alguna forma, hasta que note que me hablaba en un oscuro dialecto de los aborígenes de la zona.

- No te comprendo -dije temblando a lo que la cosa dejo de hablar y me miro suspicaz. Repitió las preguntas que al parecer me hacia, intente recordar, en el atontamiento que sentía, las palabras nativas que conocía, la única que recordé era "No" y fue lo que dije, al parecer esa palabra si la entendió y me miro nuevamente esta ves furiosa. - ¡NO TE ENTIENDO! -grite.
Uno de sus gigantescos brazos apunto a la multitud que nos observaba. Esta se abrió de golpe como si  de sus garras tirara fuego y solo uno de los seres quedo en el medio, con palabras silbantes sonidos guturales y chasquidos de lengua le ordeno a ese que se acercara, al no querer hacerlo la bestia gigante envío una horda de insectos con un movimiento de la mano. Las cucarachas y ciempiés tomaron al renegado que intento huir, pero era en vano, todo el estaba rodeado de esos bichos. Lo escuche gritar y eso me aterro aun mas pues gritaba en español, cierto que un español antiguo, cosas como "¡Os Pido Clemencia Oh Señora! ¡Perdóneme La Vida!" y cosas así. Pero la bestia no se inmuto y cuando estuvo lo bastante cerca lo tomo con una mano llena de escamas y se lo tiro a la enorme boca. Lo masticó lentamente a la vista de todos, abriendo mucho la boca. Pude ver como trituraba sus huesos y como sangraba con una sangre roja y brillante, muy humana. Si hasta entonces estaba asustado y aterrado esto fue demasiado, y empecé a sentir las cosas como si no fuera yo, estaba mas allá del miedo y del asco.
Cuando termino de masticarlo con sonidos groseros al tragar largo un largo y sonoro eructo, trocitos del ser que acababa de comer volaron por los aires. Me miro entonces de nuevo y dijo...
- ¿Quien eres? -lo recuerdo claramente, estaba ya en ese estado de impasibilidad y no creo que nada me sorprendiera demasiado.
- Antonio Almeida -dije, como si eso significara mucho para ella me pareció verla sonreír.
- ¿Sabes que hiciste Antonio? -me dijo y entonces comprendí que no había golpeado un tronco podrido con el auto en la noche.
- Supongo que mate a uno de los suyos. -dije sin temor, la verdad me parecía lo correcto.
- Así es. ¿Como pagaras? -esto lo dijo como si fuera obvio que tenia que saber como pagar
- ¿Con mi vida? -pregunte dudando y de su boca salio una risa tenebrosa como si lo que dije hubiera sido graciosísimo, me causaba asco y repulsión. El cielo aun estaba cubierto, pero unos jirones de luz salían de ves en cuando, como si quisiera clarear.
- Tu vida. Bien -dijo finalmente y apunto a mi con su garra derecha, de entre los árboles salieron muchos seres que evitaban aquellos lugares donde los rayos del sol caían, vadeándolos como si fueran charcos. Intente levantarme y sentí que el veneno ya no controlaba mis extremidades, estaba libre, pero no duraría demasiado, veía largas garras acercándose y temí mucho por mi muerte. Entonces mi fortuna cambio. El cielo se abrió de repente revelando una ancha franja de cielo descubierto, aun era de mañana según pude apreciar y el sol cayo directamente sobre el cuerpo de la Reina, esta grito como si la hubieran quemado y se retorció en agonía, todos los otros seres se detuvieron a observarla. Yo estando en mi estado de impasibilidad note que era mi oportunidad de huir así que salte de donde estaba y corrí sin sentido, pase entre una docena de seres que observaban a su reina en estado de shock, ni se molestaron cuando los golpee.
La fortuna me sonreía pues sin saberlo me dirigía directo a donde estaba el vehículo, aunque durante un instante temí perderme en la selva. De golpe salí a la carretera y con un alivio increíble vi mi auto a menos de cien metros. Corrí sin mirar atrás y cuando llegue a la puerta escuche un grito, un grito que me perseguirá hasta la muerte...

- TRAIGANLO. BUSQUENLO, ¡ETERNAMENTE SI ES NECESARIO!

Subí sin mirar al auto y arranque rápidamente, las llaves estaban aun puestas como las había dejado en la noche anterior. Volví a la carretera cuando vi cientos de seres reptilianos salir de entre los árboles, se movían sobre sus insectos a una velocidad impresionante, algunos llevaban lanzas. Conduje a toda velocidad hacia el pueblo, sabia que aun me quedaba mas de una hora que recorrer pero no tenia remedio, al acelerar varios de los seres saltaron frente al coche, los golpee sin frenar y volaron como bolsas, pude ver como los insectos los cubrían de inmediato empezando a devorarlos seguramente.

Llegue a la ciudad una horas después, estaba en un estado deplorable. Conté que había chocado con algún animal en la noche y que decidí descansar mientras la tormenta pasaba, que me había quedado dormido luego y que tuve que sacar el coche de un barrial en la mañana, así explique mi tardanza y mi suciedad. Nunca conté la verdad hasta ahora por temor a la burla o a ser tratado de loco.
Pero entonces extrañas cosas empezaron a sucederme, donde quisiera que valla, los insectos pululaban y se juntaban. Me aterraba que los seres supieran donde estaba. Renuncie al trabajo porque no podía ir mas por esa selva, nunca mas. Mas de una ves creí que me habían localizado y me mude muchas veces, con la excusa de buscar mejores oportunidades. No importaba cuan lejos fuera, siempre sentía que me encontraban, que me iban a atrapar.

Hoy espero en este, mi último hogar. Espero que vengan por mí porque estoy cansado de huir.

Oigo un crepitar tras de mi... debo haberme dormido... ya es tarde... vienen por mi.
Una pseudo historia de terror, por supuesto mal contada, pero bueno que se le puede hacer.

Recomendaciones para leer una historia de terror:

1. Apaguen las luces, si es de dia, bajen las persianas, la penumbra es esencial. Recuerden que dA los deja cambiar el color de fondo del texto, ponganlo en negro.

2. Apaguen la música o pongan música clásica pero bajito.

3. lean en vos alta.

Disfruten.
© 2008 - 2024 gridcube
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ahdaria's avatar
Me gusta la historia, va muy en corcondancia con tu estilo de prosa y todo, pero te recomiendo que escribas con tiempo y te dediques a pulir el todo.

Sabes lo que me pasa con tus escritos? Pues bueno, como no usas mucha puntuación, los leo rapidísimo (así como los escribes) y no logro "empaparme" mucho del ambiente, ni la historia, ni los personajes.

Una crítica cariñosa :kiss: